miércoles, 28 de septiembre de 2011

PLATAFORMA PUENTE, CULTURA VIVA COMUNITARIA: UN RELATO

Un conjunto de organizaciones culturales comunitarias de Latinoamérica, vertebradas en la Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria, lograron que se anunciara como parte de las conclusiones del IV Congreso Iberoamericano de Cultura la recomendación de la aplicación del 0,1% de los Presupuestos Nacionales al fortalecimiento de las experiencias existentes en este tema en el territorio del continente. Lo hicieron a lo largo de tres jornadas llenas de emoción, organización, impacto público y política participativa en estado puro. Aquí va la crónica de estos días.

Abrazos, lágrimas de emoción, un debate apasionado, un arenga inolvidable en un teatro repleto, la canción “Gracias a la Vida”, una asamblea nocturna en el local de un sindicato, un tabloide colorido, panfletos, volantes, jóvenes militantes e imágenes en pantalla gigante de la cultura comunitaria del continente, fueron la estética de un logro parecido a una pequeña revolución latinoamericana. Aunque el eje convocante del IV Congreso Iberoamericano de Cultura a realizarse en Mar del Plata en este 2011 era “Cultura, Política y Participación Popular”, los gobiernos organizadores estuvieron a punto de obviar la invitación a las organizaciones populares que trabajan desde la cultura en nuestros pueblos, barrios y ciudades. Fue necesario que los representantes de la Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria (una red que vertebra unas 500 organizaciones – radios comunitarias, centros culturales, grupos de teatro comunitario, etc- en todo el continente) gestionara reuniones y formulara propuestas para que esto se concretara. No es un detalle màs; expresa el grado de escisión que sigue existiendo entre las esferas de las política instituída en estos temas y la realidad de las comunidades latinoamericanas, así como la “invisibilización” a que están sometidas muchas veces nuestras organizaciones populares. La insistencia de los colectivos y la apertura del equipo organizador, a cargo de la lic. Monica Guariglio, permitió que efectivamente pudieran convocarse a 21 experiencias, una por país latinoamericano, a integrar un ámbito de reflexión y propuestas al interior del Congreso, en el marco de una actividad llamada “Cofralandes de Organizaciones Culturales Comunitarias”.

Diversidad y trabajo

La confección de esa lista obligó a las redes a hacer, contra reloj, un rápido bosquejo de un equipo integrado por organizaciones que vinieran desde las distintas experiencias que construyen desde la cultura una sociedad distinta. Lo lograron. Tanto la Red Latinoamericana de Arte para la Transformación Social, como la Red Maraca, como la Red Mesoamericana de Arte y Transformación Social, la Red Latinoamericana de Teatro en Comunidad, la Red de Gestores Culturales, la Red Ñändutí de Gestión Cultural, ALER (de las radios comunitarias de Latinoamérica), ALACP (Articulación latinoamericana Cultura y Política), ABRA, entre otras, consensuaron por Internet un listado de experiencias convocadas que mostraba la diversidad del sector. Los 21 representantes fueron finalmente convocados, desde el teatro en comunidad, la comunicación, la danza, el trabajo cultural urbano, la tarea con niños y jóvenes, la comunicación comunitaria en radio y TV, los pueblos originarios, la pelea contra el racismo y tantos otros temas. Llegaron a Mar del Plata, y el esperado “cofralandes” empezó su tarea de debate y construcción.


La Multiplicidad que se une

Ya en la ronda de presentación de las experiencias quedó claramente expuesta la diversidad de realizaciones y lógicas que viven en la construcción de la cultura comunitaria, autogestiva e independiente en el escenario latinoamericano. Diversidad que, sin embargo, comparte una mirada respecto de nuestras realidades, señala desafíos y denuncia injusticias. La potencia creativa de los jóvenes y las comunidades, así como las heridas de la pobreza, la violencia y la dominación en todas sus formas, fueron parte de las afirmaciones que, promediando el encuentro, comenzaron a compartirse y a tomar la forma de un discurso común. La compañera del Perú, Paloma Carpio, de la organización “la Tarumba”, formuló la propuesta para la construcción de lo que sería el documento común: un diagnóstico, las oportunidades y desafíos, y un conjunto concreto de propuestas, dirigidas a la sociedad en su conjunto, a las organizaciones sociales y, por supuesto, a los Gobiernos y al Estado. Y aunque se había trabajado mucho y la primer jornada del cofralandes estaba concluyendo, el afecto y la organización nos tenían reservado un encuentro más.


La Asamblea Latinoamericana de la Cultura Viva Comunitaria

En la noche del Jueves 15 de Septiembre, en el local del Sindicato de Luz y Fuerza de la CTA de Mar del Plata, un centenar de activistas de la cultura comunitaria de varias provincias de nuestro país pudieron compartir con los referentes latinoamericanos una Asamblea de intercambio, debate y organización. Era muy necesario; el debate en el IV Congreso Iberoamericano de Cultura se daba en el marco de los rituales de la política internacional más instituída, no solo en sus formalidades, sino también en una mirada que no siempre apunta a los procesos organizativos reales en el territorio. De hecho, se promovió durante esos dìas un “Contra-congreso iberoamericano de Cultura”, que denunció la falta de participación de las organizaciones sociales marplatenses en el Congreso, y que fue impulsado por un conjunto de experiencias sociales, la mayorìa ligadas al debate sobre el software libre y la discusión de las ganancias empresarias a partir de los derechos de autor en el uso de Internet.

Esas y otras organizaciones también participaron de nuestra Asamblea, que contó con la presencia de todos los asistentes al Cofralandes, y que centró sus contenidos en la presentación y el intercambio de experiencias, una recuperación histórica de lo realizado en los últimos años compartida por Eduardo Balán de la Plataforma Puente, un diagnóstico del escenario político presentado por Jorge Melguizo, de Medellín, la presentación de un conjunto de materiales de la Campaña latinoamericana, el intercambio acerca de los avances en distintos puntos del continente en estos temas y la perspectiva de la organización de la Semana de la Cultura Viva Comunitaria en abril del 2012. Fue cálidamente recibida la propuesta de sitio web de la Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria; esta herramienta pone a disposición de sus usuarios-participantes una serie de materiales en audio, video y gráfica, legislación, documentos y un novedoso Espacio Virtual de Formación y Debate para la conformación de grupos de capacitación. El equipo de comunicación, coordinado por los compañeros y compañeras de “El Culebrón Timbal”, desplegaron en esos días un trabajo excepcional en la confección de material gráfico, cartillas, volantes…y hasta una remera o camiseta que tuvo un valor estratégico importantísimo, como veremos más adelante.

La Asamblea terminó con empanadas, una ronda de abrazos propuesta por Ivan Nogales de Teatro trono de Bolivia, un canto ritual animado por Reynaldo Santana del grupo Entrou por uma puerta de Brasil, y un gracias colectivo liderado por Natalia, del colectivo Pueblo Hace Cultura de la provincia de Mendoza. Todos y todas nos fuimos a dormir con las pilas cargadas para lo que sería un día clave; el de la redacción del documento de nuestro Cofralandes.

Una visión, idas y vueltas, y una recomendación histórica

El segundo día encontró a las experiencias del cofralandes participando activamente en el debate y la redacción de las conclusiones. Una rigurosa mirada sobre la realidad de las organizaciones culturales comunitarias en Latinoamérica se fue complementando con un panorama sobre nuestras problemáticas políticas y sociales como Pueblos del continente. Diversas y múltiples fueron las observaciones desde cada país y cada región, lo que posibilitó un listado aún más desafiante tanto a la hora de los desafíos y oportunidades como en lo relativo a las propuestas. El escaso tiempo del que dispusieron los participantes se convirtió en un escollo importante al momento de tener que dar forma a una síntesis global que fuera representativa del trabajo colectivo. A esa dificultad, se agregaron las cambiantes consignas por parte de la organización del Congreso en lo relativo a la extensión del documento que debía generarse. De una producción colectiva que tenía unas doce páginas, los encargados de la síntesis debieron realizar una versión de tres páginas primero, de una sola después y, por fin, apenas un párrafo, que fue el que finalmente se leyó al día siguiente en el Plenario final del Congreso. Sin embargo y más allá de los nervios de la última etapa, el grupo de los participantes sintieron que la tarea estaba sobradamente cumplida. Una contundente autoafirmación de una nueva realidad latinoamericana estaba tomando forma, y todo indicaba que se instalaría con fuerza en el debate del IV Congreso Iberoamericano de Cultura. La jornada culminó muy tarde, en las oficinas del Hotel Provincial, con los compañeros Roldán Mármol, de la red de Culturas Locales de República Dominicana, y Edda Rodríguez, de la Asociación Cultural Gira Tablas redactando la síntesis con el apoyo intermitente de varios compañeros ansiosos. Al final del día la declaración estaba lista, pero nada hacía presagiar lo que sería uno de los platos fuertes del Congreso, y que iba a suceder al día siguiente, por la mañana, en el Panel dedicado a “Violencia y Cultura: el fomento de la Paz”.


Una voz latinoamericana: te hablo desde los Barrios

El tema era doloroso y profundo: la violencia en las comunidades latinoamericanas y su aspecto cultural. En el marco de un panel de debate que venía desarrollándose en un tono intelectual, sobrio y parsimonioso, nuestro compañero Jorge Melguizo, activista de la Cultura Viva Comunitaria, que hasta el año 2010 fue Secretario de Cultura y Secretario de Desarrollo Social en la Alcaldía de Medellín, supo colocar el foco de las miradas en una clave distinta. Esperanza, energía y una pasión desbordante, no exenta de humor, fueron las claves de una exposición que, bajo el título de “Oye, te hablo desde los barrios”, encendió al auditorio en varias ovaciones y aplausos, en lágrimas de emoción y en la garra que hace falta para encarar estos temas en los que se trabaja en el límite entre la muerte y la vida.

Haciendo una pausa dramática para colocarse en frente de todos y todas una remera con la leyenda “Cultura Viva Comunitaria”, Jorge nos hizo vibrar con la perspectiva de la posibilidad concreta de un cambio estructural en las realidades de nuestros barrios en todo el continente. Pueden seguirse los distintos tramos de su exposición en el video, y subrayar la rigurosidad y la coherencia de los planteos, disfrutar de la claridad con la que literalmente “emplazó” a las autoridades a asumir la posibilidad del 0,1% de los presupuestos nacionales para la Cultura Comunitaria, pero va a ser muy difícil compartir la sensación que vivimos en ese teatro al momento de saludarlo en el final, con una ovación interminable que duró largos y gozosos minutos. Jorge Melguizo logró, mencionando y mostrando en pantalla una por una a las organizaciones culturales del continente, pegar el golpe emotivo y polìtico que necesitaba tanto trabajo organizativo bajo tierra, tanta construcción y tanta gestión compartida a lo largo de estos años. Un inolvidable momento de celebración. Horas después, Enrique Vargas Flores, de la Secretaría General Iberoamericana, se ponía públicamente la remera que lució Jorge durante su discurso, y dejaba entrever que puede imaginarse un Congreso Cultural Iberoamericano, en el año 2013, íntegramente dedicado a la Cultura Viva Comunitaria.

Roldán de todos y todas

Con la emoción a flor de piel, a las 18 hs de ese sábado todos los participantes del IV Congreso Iberoamericano de Cultura nos dimos cita en el mismo salón. Ya era el momento final, el de la lectura de las conclusiones. El relator del Cofralandes de Organizaciones Culturales Comunitarias fue nuestro compañero Roldán Mármol, de República Dominicana. Cuando le llegó el turno de hacer públicas las reflexiones, Roldán también mostró una fibra diferente y ligada a los afectos y a las luchas. Con emoción, entonó apenas un verso de la hermosa canción de nuestra inolvidable Violeta Parra, “Gracias a la Vida”. Fue el prólogo perfecto para un párrafo en el que autoridades y cientos de asistentes escucharon que

“Las organizaciones culturales comunitarias de Latinoamérica nos asumimos como parte fundamental del camino que hacen nuestros Pueblos en la creación de una Democracia Participativa e Integral. Necesitamos que el conjunto de la sociedad y del Estado reconozcan este potencial y lo valoren. Por eso, proponemos que los gobiernos de la región asuman la prioridad de asignar un monto no menor al 0,1% de los presupuestos nacionales a la implementación de políticas públicas que fortalezcan las experiencias culturales comunitarias, autogestivas e independientes, enmarcadas en la perspectiva del desarrollo local, la economía social, los derechos, y el cuidado de nuestros bienes comunes y el hábitat de las comunidades”.

Una ovación cerrada acompañó la declaración, que, sumada a las conclusiones de las otras comisiones, es desde hoy un piso importantísimo para las campañas en todo el continente. Una legalidad conseguida a fuerza de movilizaciones, organización, articulación, y también creatividad y afecto. Desde hoy, todos los vecinos y vecinas, pobladores, chicos y jóvenes de Latinoamérica que quieran empujar en sus barrios una forma de crear un mundo distinto a partir de herramientas que tengan que ver con el arte, la cultura y la comunicación, pueden decir sin eufemismos que se trata de un derecho de las comunidades que debe ser fortalecido y financiado por los Estados de nuestra Latinoamérica, claramente expuesto en las conclusiones del IV Congreso Iberoamericano de Cultura y defendido en todo el continente por esa hermosa construcción que está tomando el nombre de Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria.

Hacia la Semana de la Cultura Viva Comunitaria- Abril 2012

Este logro colectivo es también el comienzo de una nueva etapa de movilización continental. La Semana de la Cultura Viva Comunitaria aparece en el horizonte como una Acción Pública Continental de gran importancia, que empieza a formar parte de nuestras agendas y articulaciones. Orlando Cajamarca y Noemí, de Esquina Latina, de Colombia, lideran un proceso para lograr instalar este tema en la UNASUR, y avanza la posibilidad de un Encuentro en Lima para la coordinación de acciones y el lanzamiento latinoamericano de la Semana de la Cultura Viva Comunitaria, apoyado en el nuevo escenario político de la región. La acción regional en defensa de las experiencias y los Puntos de Cultura en Brasil, claramente amenazados por los recortes presupuestarios del gobierno, se articulan con iniciativas en todo el continente en contra del racismo, la xenofobia y las agresiones que continúan sufriendo nuestros pueblos originarios. Una Campaña que tomó una fuerza continental diferente a partir del aporte extraordinario de los compañeros y compañeras que asumieron la construcción de este “Cofralandes” del que verdaderamente nació algo nuevo. Rodolfo Nome (de Karukinka, Chile), José Luis García (de la Cooperativa Traful, Uruguay), Irene Codas (de Estación A, Paraguay), José Mac Gregor (de Praxis, México), Ricardo Talento (del Circuito Cultural Barracas, Argentina), Adhemar Bianchi (del grupo Catalinas, Argentina), José González Rodríguez (Grupo Teatral Escambray, Cuba)Martín Samuel Tituaña Lema (del colectivo Arte Urbano y Tranvía Cero, Ecuador), Walter Romero (de TNT, El Salvador) y Rafael Largaespada Sequeira ( de la Escuela Comunitaria de Comedia y Mimo, Nicaragua) fueron, en conjunto con los demás compañeros que fuimos mencionando más arriba, hacedores de este triunfo histórico. Oye, te hablo desde los Barrios, la Cultura Viva Comunitaria está de pie.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Entrevista a Celio Turino por la Gaceta del Periódico el País de Cali

Celio Turino
Entrevista

Quien fuera el secretario de cultura de Brasil entre 2004 y 2010 estuvo en Cali hablando sobre su programa bandera “Cultura Viva” con el qué creó 3000 puntos culturales en mil municipios del país carioca. ¿Industrias culturales? “No”, dice.

¿Cuál era el foco de su programa bandera “Cultura Viva”?
En la actualidad, en el mundo la cultural va camino a transformarse en mercancía por ello la cultura se está muriendo. Por eso nosotros decidimos llamar nuestro programa “Cultura Viva”, porque miramos la cultura desde la perspectiva de la industria, esta muere. Para nosotros es más importante el proceso que el producto en si. Claro, están los libros, las obras de teatro, la creación artística, las artesanías, pero ellas tienen un proceso que es en lo que nos hemos enfocado. Porque hemos entendido que ese proceso motiva un cambio en la comunidad. El ejemplo nos ha demostrado, en zonas de las favelas por ejemplo, cómo un joven o un niño o personas en situación de desplazamiento en zonas de violencia, que se acogen a procesos artísticos, experimentan un cambio de mentalidad.

¿Qué alcance ha tenido el programa en Brasil?
El programa se inició en 2004 y en la actualidad tenemos 3000 puntos (centros) de cultura en mil municipios, en los que se atienden a 8 millones de personas, teniendo en cuenta siempre sus propias culturas. Pero aún nos falta mucho porque Brasil es muy grande.

Con esa dimensión ¿no se hace difícil controlar la calidad de la cultura que se hace?
En principio lo que buscamos es un cambio de mentalidad de la comunidad. Así que para nosotros es más importante el proceso y la transformación que el producto final. Obviamente tendremos que trabajar más en ello, pero la calidad se da con el tiempo. Lo que no podemos olvidar es que el camino de la industria va en sentido contrario, porque establece patrones en los que los productos terminan siendo iguales, estandarizados. Para nosotros, en cambio, cultura es diferencia, diversidad, sentimiento.

¿Qué pasa con los artistas profesionales?
A ellos también los involucramos en los procesos de “Cultura Viva” a través de intercambios con la comunidad que permiten un diálogo franco entre dos saberes.

La última pregunta

¿Cuál fue la principal dificultad que enfrentaron al aplicar el programa?
El hecho de que el Estado no está preparado para relacionarse con todo el pueblo. ¿Se imagina a unos burócratas intentando hacer acuerdos con un grupo de hip-hop? Eso implica un cambio de pensamiento, una forma de hacer política. Y hacia allá debemos dirigirnos.

jueves, 17 de marzo de 2011

Cultura Viva Comunitaria - Plataforma Puente

Queremos construir una mirada y una acción continental en donde se articulen y hagan sinergia nuestras diversas miradas, fortalezas y particularidades, y establecer relaciones entre nosotros y con otros en condiciones de horizontalidad, igualdad, circularidad, viviendo de manera concreta los principios de un nuevo paradigma de la política. Queremos interactuar con otros actores que dentro de la sociedad civil, el Estado, u otros espacios como los nuestros sean afines, cómplices o cercanos de estas búsquedas.

La Plataforma Puente como acción de encuentro: es una propuesta de diálogos entre organizaciones de la sociedad civil y el Estado, una gestión conjunta entre redes, en torno a: Políticas de arte y cultura, Arte y transformación social, Arte puente para la salud, Arte y Educación, Comunicación para el desarrollo, Gestores sociales para el desarrollo.

La Plataforma Puente es en últimas, un espacio para pensar una política pública de cultura viva comunitaria, “con toda la acupuntura continental”, que junte los nuevos paradigmas de la acción pública y social, en torno al arte y la cultura.

El proyecto de Acuerdo tiene como ponente al concejal Luis Bernardo Vélez y se presentará el viernes 24 de junio ante el Concejo de Medellín.

La Cultura viva comunitaria es una estrategia fundamental en el desarrollo de las manifestaciones artísticas la Cultura Popular Tradicional. Este trabajo parte del principio del respeto a los intereses y necesidades de la propia comunidad, a su patrimonio artístico y natural, a sus costumbres y a la diversidad de sus tradiciones.

Sus acciones tienen como centro favorecer el vínculo entre los individuos y las diferentes manifestaciones del arte y la literatura y la cultura en general; en su doble condición de creador y espectador, sin dejar de tratar de ampliar la dimensión cultural de acuerdo al potencial de cada territorio. No sólo en el orden de la creación artística, sino y fundamentalmente en el orden social y cultural más amplio.

Se trata de dimensionar el territorio comunitario a través de la cultura, para la cultura y desde la cultura, asumiéndola fundamentalmente como modo de ser, pensar, y hacer, como estilo de vida, como identidad y sentido de pertenencia a la ciudad de Medellín.